16 de Agosto
Nos levantamos temprano porque nos vienen a recoger a las 7:45 para ir a Koh Tao. Nos llevan a un embarcadero y nos distribuyen por lanchas atándonos un hilo de color según la barca que nos tocaba. Tardan bastante en salir, así que no sé porque nos han hecho madrugar tanto
Al final salimos y una vez que nos alejamos de la costa, las olas nos empiezan a salpicar. Primero nos hace mucha gracia a todos, pero cuando llevamos dos horas de viaje completamente calados y muertos de frío, ya no nos reímos de nada.
Llegamos a una playa y nos dan un tubo y unas gafas, sin aletas ni nada y nos ponen a hacer snorkel desde la orilla...yo pensaba que sería como en la república dominicana, que nos llevaron a un arrecife, pero bueno...nada más entrar en la playa aparecieron montones de peces a rayitas azules, había poca variedad.

Después de un rato, otra vez al barco y a calarnos de nuevo. llegamos a otra playa y nos suben a una camioneta. Nos llevan a un chiringuito donde comemos a toda prisa arroz, dos tipos de guisos tai, un muslo de pollo y un cuarto de tortilla...otra vez al barco.
Ahora nos llevan a una pequeña y paradisiaca isla llamada Koh Nang Yuang. Realmente exótica, con playas blancas, aguas turquesa, grandes rocas redondas y erosionadas y selva. Allí había que pagar para entrar 100 b por cabeza y estuvimos más o menos una hora buceando, hicimos 4 fotos y otra vez a pegarnos la paliza del barco. Estas dos últimas horas se me hicieron eternas. Menos mal que me dejaron una toalla y con ella nos tapamos la cabeza y evitamos que nos salpicara el agua salada en los ojos. Además con tanto golpe acabamos con la espalda molida. Realmente no sé si ha valido la pena la paliza del barco par no hacer ni hora y media de snorkel, pero el sitio era precioso.

Llegamos al hotel calados, helados y agotados sobre las 17:15. Nos pegamos una ducha para quitarnos toda la sal y nos acostamos en nuestra megacama de nuestra megavilla.
Nos despertamos sobre las 20:00, nos vestimos rápido y cogimos el shuttle bus para ir a Chaweng porque teníamos que cambiar de talla unos bañadores, porque si no no creo que hubiéramos salido de la habitación. Cambiamos los pantalones y decidimos quedarnos allí a cenar y a colmar nuestras ansias consumistas. Félix compró un bañador más y una camiseta y yo tres camisetas. También vimos una tienda de fotografía artística donde compramos una foto preciosa por 350 b. El fotógrafo es un australiano que vive allí y las fotos en grande son una maravilla.
Cenamos en un restaurante muy bonito con lucecitas al aire libre. No recordamos el nombre porque estábamos tan reventados que creo que ni siquiera lo miramos. La comida estaba regular. Pedimos una ensalada cesar y un filete de pollo y unos spaguetti. También salió por unos 700 ó 900 b.
Cogimos un taxi y llegamos al hotel sobre las 23:00. Al día siguiente nos recogían a las 4:30, así que pusimos el despertador a las 3:45.
Nos levantamos temprano porque nos vienen a recoger a las 7:45 para ir a Koh Tao. Nos llevan a un embarcadero y nos distribuyen por lanchas atándonos un hilo de color según la barca que nos tocaba. Tardan bastante en salir, así que no sé porque nos han hecho madrugar tanto
Al final salimos y una vez que nos alejamos de la costa, las olas nos empiezan a salpicar. Primero nos hace mucha gracia a todos, pero cuando llevamos dos horas de viaje completamente calados y muertos de frío, ya no nos reímos de nada.
Llegamos a una playa y nos dan un tubo y unas gafas, sin aletas ni nada y nos ponen a hacer snorkel desde la orilla...yo pensaba que sería como en la república dominicana, que nos llevaron a un arrecife, pero bueno...nada más entrar en la playa aparecieron montones de peces a rayitas azules, había poca variedad.
Después de un rato, otra vez al barco y a calarnos de nuevo. llegamos a otra playa y nos suben a una camioneta. Nos llevan a un chiringuito donde comemos a toda prisa arroz, dos tipos de guisos tai, un muslo de pollo y un cuarto de tortilla...otra vez al barco.
Ahora nos llevan a una pequeña y paradisiaca isla llamada Koh Nang Yuang. Realmente exótica, con playas blancas, aguas turquesa, grandes rocas redondas y erosionadas y selva. Allí había que pagar para entrar 100 b por cabeza y estuvimos más o menos una hora buceando, hicimos 4 fotos y otra vez a pegarnos la paliza del barco. Estas dos últimas horas se me hicieron eternas. Menos mal que me dejaron una toalla y con ella nos tapamos la cabeza y evitamos que nos salpicara el agua salada en los ojos. Además con tanto golpe acabamos con la espalda molida. Realmente no sé si ha valido la pena la paliza del barco par no hacer ni hora y media de snorkel, pero el sitio era precioso.
Llegamos al hotel calados, helados y agotados sobre las 17:15. Nos pegamos una ducha para quitarnos toda la sal y nos acostamos en nuestra megacama de nuestra megavilla.
Nos despertamos sobre las 20:00, nos vestimos rápido y cogimos el shuttle bus para ir a Chaweng porque teníamos que cambiar de talla unos bañadores, porque si no no creo que hubiéramos salido de la habitación. Cambiamos los pantalones y decidimos quedarnos allí a cenar y a colmar nuestras ansias consumistas. Félix compró un bañador más y una camiseta y yo tres camisetas. También vimos una tienda de fotografía artística donde compramos una foto preciosa por 350 b. El fotógrafo es un australiano que vive allí y las fotos en grande son una maravilla.
Cenamos en un restaurante muy bonito con lucecitas al aire libre. No recordamos el nombre porque estábamos tan reventados que creo que ni siquiera lo miramos. La comida estaba regular. Pedimos una ensalada cesar y un filete de pollo y unos spaguetti. También salió por unos 700 ó 900 b.
Cogimos un taxi y llegamos al hotel sobre las 23:00. Al día siguiente nos recogían a las 4:30, así que pusimos el despertador a las 3:45.
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